miércoles, 30 de enero de 2013


"Año nuevo, vida nueva"

Por: El Beodo

Este puto invierno me arranqué de Suecia. Bajo el ojo ingrávido pero ocultamente celoso de mis compañeros de pega hice lo que muchos ciudadanos étnicamente diferentes hacen cada año: emprendí el éxodo hacia la tierra que me vio nacer, hembygden, como le dicen por estos lados. Y allá, al otro lado de la cordillera me esperaban dos cosas fenomenales: el lugar de la infancia y el temor, (también asociado a mi infancia), de que el mundo algún día se acabaría. Pocos días faltaban para el tan esperado y temido 21 de diciembre. Los matinales, los realities, las noticias, toda la tele parecía estar inundada de imágenes catastróficas, de augurios escalofriantes. ¡Y yo que en Suecia casi ni me había enterado de tanta calamidad!

Llegó el 21 y tanto bunker construido, tanto esmero puesto en aparataje de seguridad, tanto rezo… todo, todito, todo se fue a la chucha. No pasó nada de nada, y aquí estamos, vivitos y culeando. Y así como la alegría (con arcoíris incluido) llegó algún día a nuestras vidas, también llegó una nueva era: y nos la siguen metiendo sin vaselina como diría Patán Zamoransky. Y yo que pensé que algo cambiaría cuando comenzara el 2013. Los asuntos que un día causaban debate lo siguen haciendo. Mi sangre y raza tan tremendamente Kabezanegra, por ejemplo, sigue instalando los mismos problemas, aunque disfrazados: que si debemos ser llamados de una forma especial dado nuestro color (léase hispano/latino; afro-americano, o lisa y llanamente africano; blanco, asiático o lo que sea), que si se debería hablar de raza (a lo Tobias Hübinette en su artículo del Dagens Nyheter), o que si hablar de razas es un desacierto que contribuye al racismo. Yo no lo sé, ¿y qué opina Ud.? Para mí el problema no está en la denominación sino en lo que la sociedad en sí manifiesta cuando se enfrenta con individuos que no se ven físicamente como los sujetos blancos y rubios que deberían poblar Suecia (y que por cierto también habitan en algunos contextos geográficos donde por lo general hay más plata). Frente a esto, claro, uno se pregunta, si a estas alturas del partido tiene algún sentido hablar de raza, de etnia, de identidad: me atrevería a decir que sí, sobretodo cuando hoy en todo Europa crecen los antagonismos y el racismo. Es cierto que somos una sola raza, la raza humana; y también es cierto, que somos todos diferentes, más allá del hembygd de donde venimos, más allá de ser genéticamente latinos o asiáticos. ¿Qué somos después de todo sino aquello que creemos de nosotros mismos?

Es por esto queridos hermanos terrícolas que este 2013 no tiraremos la esponja. Como pasquín virtual hecho a todo corazón, continuamos en la batalla. No se pierda en este número la entrevista con Lecheburre, la banda más multikulti del sur de Suecia; a Jorge Rubio con ‘Las abuelas de los Aeropuertos’; las acaloradas líneas de Mamá Porno; las reflexiones de Patán Zamoransky sobre aquellos que se andan escondiendo; las palabras de Jorge Zambra sobre el arte de nuestros antepasados (y la educación de hoy en día); las deliberaciones sobre lo que un mortal como Ud. o como yo haría con su Iphone 5 en caso de que se acabara el mundo; y, por supuesto, mucho mucho más.
Y no se olvide,  si quiere colaborar con algún artículo, contáctenos por Facebook o enviándonos un correo a contacto@elkabezanegra.com.

¡Feliz año nuevo!
El Kabezanegra.

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